Mi vista a la Bodega Ecológica Cortijo El Cura ha supuesto algo más que un simple paseo por sus viñedos e instalaciones, he sentido cómo la familia Sánchez me abría las puertas de su casa, de su centro de trabajo y de su propia vida.
He tenido la oportunidad de participar en la excursión inaugural de James Cook -Travel Experiences– cuyos organizadores, con buen criterio, escogieron el Cortijo El Cura para el almuerzo. Justo Sánchez, uno de los propietarios de la finca, fue un anfitrión de lujo, hasta tal punto que nos hizo sentir como en casa (por muy manida que esté la expresión, aquí cobra sentido). Tuvimos la oportunidad de degustar una comida hecha a base de productos ecológicos: salmorejo con tomate cherry; aceite de oliva de la finca; pan cocido en horno de leña (panadería Santa Rosa, Alcolea); queso de cabra (quesería Medal); embutidos… Todo ello regado lógicamente con los vino de Cortijo El Cura, mosto auténtico y agua de la finca. De postre roscos fritos caseros con mermelada de ciruela, miel (apicultura Los Peñas, Berja) y una infusión con hierbabuena, manzanilla, esencia de limón, miel y pomelo. Como bien defiende Justo: “somos lo que comemos” y seguro que allí ganamos unas horas de vida.
Nuestro guía de excepción nos confesó que buscan los sabores perdidos y para ello, se han aliado de lo tradicional, lo artesanal y lo natural. Cuando un producto es bueno, por sí sólo representa un manjar y la sencillez de los platos no está reñida con los buenos paladares. Esto es una especie de filosofía que me han inculcado desde pequeña y para mí esos “sabores perdidos” son los “sabores de casa”, por eso, me encantó y disfruté viendo cómo el resto de compañeros de viaje descubría la calidad de esos alimentos.
Para hacer la digestión nada mejor que un paseo por el campo. Durante el camino nos acompañaron las vivencias, explicaciones y experiencias de Justo que nos hicieron sentir parte de la historia de esta bodega. Cortijo El Cura es un negocio familiar, ubicado en Laujar del Andarax, concretamente en el Paraje de Ojancos. En el año 1998, abandonaron el cultivo intensivo bajo plástico y contra la tendencia de aquellos tiempos, adquirieron esta finca con el objeto de producir el primer vino ecológico de la provincia de Almería. El terreno situado entre Sierra Nevada y Sierra de Gádor, a casi 1000 metros sobre el nivel del mar, era la base, el esfuerzo, sacrificio y entrega hicieron el resto.
De las 25 hectáreas de la finca, 14,5 son de vides, y encontramos desde viñedos autóctonos con 50 años de antigüedad hasta variedades como cabernet, syrah, merlot o garnacha, plantadas hace ocho años. Además ha plantado más de 30 variedades para hacer un parral antiguo donde la madera también tiene varias décadas de vida. El resto de terreno está dedicado al cultivo de frutales, olivos y almendros. Incluso han cedido una pequeña parte para que una emprendedora pueda destilar aceites esenciales puros de plantas.
En nuestro recorrido por la finca Justo Sánchez nos habló de los objetivos, principios y prácticas de la agricultura ecológica a la misma vez que nos introducía mensajes sobre la importancia del cuidado de la naturaleza para la vida. A la vez que dimos un cursillo acelerado sobre la identificación de plantas silvestres comestibles como: rúcula, hinojos, collejas o ajos. Por último, parada obligatoria el museo ubicado en la antigua bodega del Cortijo El Cura, donde podemos encontrar todo tipo de aperos del campo y de objetos de otras épocas.
Es cierto que en una cata empleamos el sentido del gusto, el olfato y la vista, incluso el oído, pero cuando los creadores de ese vino te hacen partícipe del proceso de elaboración y te transmiten la pasión por su trabajo, entran en juego otro tipo de sensaciones que te ayudan a crear cierta empatía con el producto que tienes en la copa. La degustación alcanza otro nivel que va más allá del análisis organoléptico del vino. He conseguido apreciar esos matices gracias a la visita a la Bodega Ecológica Cortijo el Cura.
Lo que he descrito, por sí sólo ya es una experiencia, pero en cambio es una activad más dentro de la excursión organizada por James Cook -Travel Experiences- para conocer parte de la Alpujarra almeriense. Imaginaros lo que puede dar de sí hacer el recorrido completo que comenzó en los museos de Terque, continuó en Benacid para visitar su iglesia y el camarín de la virgen de La Piedad, pasando por Cortijo El Cura para finalizar en Fondón en la Casa de las Godoyas.
Leyendo vuestras palabras uno se alegra de un trabajo bien hecho. Sin lugar a dudas habéis vivido una gran experiencia. ¡Gracias!
Primeramente felicitar por el artículo y por la elección de visitar los viñedos de El Cortijo El Cura, uno de los mejores vinos que poseemos en Andalucía. Luego me gustaría aclarar algo sobre los productos-marcas que citas y aunque son artesanales, no son ecológicos. Al menos hasta la fecha no tengo conocimiento que estén certificados ecológicamente por ninguna institución. Los artículos son: queso de cabra de Queserías Medal y la miel de apicultura Los Peñas (Berja), que para mi gusto esta miel es de dudosa calidad…pues tuve un tarro de 1 kg todo el invierno y no llego a cuajarse ni un dedo… un saludo!
Hola Óscar. Muchas gracias por dejar tu comentario, cada aportación vuestra nos hace mejorar. Sobre los productos que mencionas no tuve la oportunidad de ver el etiquetado, trasladé lo que nos contó Justo. Lo preguntaré por si siguen los criterios de producción y aún no están certificados o si simplemente, como dices, su elaboración es artesana. Una cosa u otra, puedo dar fe de que ambos productos (queso y miel) estaban buenos. Siento que hayas tenido esa experiencia con esa marca, la miel que tomo la hace un familiar en la Sierra de los Filabres y no suelo comprar aunque quizás pruebe con un tarrito y te cuento qué me parece a mi.
Saludos y de nuevo, gracias por tu aportación