Las primeras referencias que me dieron de “Aloe café y té” despertaron mi curiosidad aunque, sinceramente, no esperaba encontrar nada más allá de una buena cafetería- tetería, perdida de la mano del casco histórico. De ahí mi sorpresa cuando descubrí una oferta única en Almería capital puesto que es un establecimiento completamente vegetariano-vegano.

Esta alternativa saludable choca con lo que fue tiempo atrás. Según recuerda mi amigo y compañero José Manuel Román, durante años este local albergó uno de los restaurantes de carne a la brasa más afamados de la provincia “San Francisco Solano” o comúnmente conocido como “El Chatarrero”. Curiosamente la evolución ha sido extrema.

Situado en la calle Madre María Aznar, 140 (junto a los depósitos de La Pipa) lo único que recuerda la etapa anterior son los nombres de las tapas porque las albondiguitas o la carne con tomate están hechas de proteínas de soja. Las albondiguitas tienen un adobo muy agradable al paladar pero, en mi caso, todavía tengo que educar al mío en la carne con tomate, ya se aprecio más la desconocida textura de la soja. Sí debo decir que la salsa de tomate es casera y deliciosa.

Personalmente creo que el plato fuerte de la casa son las croquetas. Si las de espinacas y piñones dejan el pabellón alto, con las de setas rompen el molde. Estos platos y otros, dependiendo del día-temporada, están disponibles como raciones. Además hay hamburguesas, salchichas y bocadillos hechos con jamón york o embutido vegano. Las tostas son otra opción: de tres quesos (mozzarella, cremoso y roquefort); cordobesa (paté de aceitunas) o mosquetero (membrillo, queso fresco, paté). Para la próxima queda pendiente una tapa de garbanzos arrieros y otra de tofu.

Y de postre: un buen té. Entre decenas de posibilidades el primer día le presenté mis respetos al llamado “pasión turca” y no puedo fallarle. Para los cafeteros hay una amplia variedad, casi como países tiene el mundo: Brasil, Colombia, Etiopía, Kenia, Papua, Nueva Guinea, Guatemala… Lo bueno lo dejo para el final, me refiero a sus pastelitos árabes hechos por un repostero natural de Marruecos que vive en El Puche. La mezcla de almendras y miel, en diferentes proporciones y presentaciones, me recuerda a la repostería casera de mi casa. Nota aparte se merecen los dulces de pistachos al enriquecer mi memoria de sabores.

Su amplia oferta la completa una pequeña tiendecita donde podemos encontrar: frutas y hortalizas frescas, leche de soja, tahin, paté shitake, algas, salvado de avena… En la primera visita la entrada puede desconcertar un poco ya que nos encontramos esta tienda en primer lugar. Después hay que atravesar la cafetería y un salón hasta llegar al rincón con más encanto que es la zona de la tetería, decorada con motivos árabes.

Como ingredientes extras para los sentidos: música étnica que incita a relajarse y conversar y un agradable olor a dulces recién horneados.

Descubrir locales como “Aloe café y té” es una de las pequeñas recompensas que nos da Almería Tendencias. Entre otras cosas, ser un “tendenciero” implica: agudizar los sentidos ante todo lo que ofrece nuestra tierra, recabar información y no perder de vista ningún detalle, para después trasladarlo a una comunidad cada vez más amplia. La carga de responsabilidad es elevada pero por el simple hecho de la experiencia personal, ya hace que el trabajo merezca la pena.