No es ningún secreto que Las Menas de Serón es uno de mis rincones favoritos de la provincia de Almería en cualquier época del año. Pero es especialmente cuando caen las primeras nevadas del año cuando aprieta la necesidad de escaparme un día del fin de semana a Las Menas.

Te propongo el siguiente plan: Una caminata de dos horas por la zona para conocer la belleza de este paraje y luego una buena comida tradicional junto a la chimenea del camping de Las Menas, situado a 1.600 metros de altura.

Ve preparado con ropa de abrigo y calzado adaptado a las condiciones porque en algunos momentos puedes meter la pierna hasta la rodilla en la nieve. No solo es un lugar bello por su naturaleza, sino también por los restos de su reciente pasado minero, con esa arquitectura centroeuropea tan extraña como bien integrada en el entorno.

Es interesante la rehabilitación de ‘La Oficina’, convertida en Hotel-Restaurante, así como los apartamentos anexos que era en su día el  poblado. Muy cerca de allí no debes perderte la tolva de mineral, el puente metálico o la rehabilitada iglesia,  pero que evocan el pasado industrial internacional de la zona. La antigua casa del Director también muy bonita, y quedan algunos restos irreconocibles de lo que en su día fue la plaza de toros ubicada a mayor altitud de España.

Después del paseo puedes comer el camping de Las Menas. Aunque abierto en 1992, desde hace poco más de dos años tiene nueva gerencia. Yolanda Zaguirre, gerente, que ha enfocado su cocina como mesón rural, ofreciendo un buen número de platos tradicionales.

Los fines de semana con nieve trata de reservar con tiempo y llega temprano al comedor del camping para pillar la mesa junto a la chimenea. El servicio no ganará el premio simpatía, pero tampoco te importará mucho cuando empieces a llenar el buche y entrar en calor con sus contundentes platos y el vino de la casa.

Déjate seducir por los platos del día y elige el que más te apetezca. Después del paseo y con el frío te entrarán bien los guisos, las patatas a lo pobre, las migas (con mucha guarnición) o las carnes.

Nieve, vino en jarra de barro, bandejas de carne grasienta y fuego dando calor a la estancia. No es Juego de Tronos, es la manera perfecta de pasar un ratito de puro hedonismo rural.