Centro de Interpretación del Trabajo Tradicional en Uleila del Campo: de vuelta a las raíces

Me considero una afortunada porque, en los primeros años de vida y consciencia de ella, interioricé los valores que implica el trabajo en el campo: esfuerzo, lucha, constancia, sacrificio… Y como la vida misma, comprendí rápidamente su falta de recompensa y carencia de significado para muchos. Es parte del equipaje que llevo en mi maleta de vivencias y que luzco orgullosa siempre que tengo ocasión. No todos han tenido mi suerte y esa oportunidad.

La visita al Centro de Interpretación del Trabajo Tradicional en Uleila del Campo, me hizo abrir el desván de los recuerdos y poner en su sitio aquellas cosas que habían quedado relegadas en un segundo lugar. Ubicado en la Plaza de La Constitución (denominada comúnmente como Plaza de la Iglesia), el Bar de Daniel para unos, o el Casino para otros, ha sido rehabilitado con el objeto de conservar, dar a conocer y sensibilizar sobre el valor cultural y natural de los oficios tradicionales.

Se trata de un viaje a nuestras raíces: particularmente a las de mi pueblo, porque soy de este bello rinconcito de la Sierra de Los Filabres y a las de esa España Rural que fuimos hace apenas unas décadas y que pronto olvidamos, unos por necesidad, otros por obligación y otros tantos, simplemente por comodidad.

A través de paneles, vídeos y otros materiales podemos conocer o recordar el pasado y presente del trabajo en el campo, desde la triada mediterránea (cereal, vid y olivo) hasta el almendro, cultivo de secano por excelencia en la zona, sin olvidar el esparto y su transformación. Deteniéndonos en éste último hay toda una estancia dedicada al cultivo, cosecha y artesanía del esparto. Existe una muestra de las amplias posibilidades que ofrecía para la fabricación de objetos y utensilios: aguaderas, capazos, espuertas, esparteñas, paneros… Como bien explican los carteles informativos “su artesanía constituye un valor antropológico de primer orden en serio peligro de desaparición a causa del desarrollo tecnológico de nuestro tiempo”.

Ya en la planta superior un vídeo nos enseña el trabajo de la almendra, mostrando cómo las manos expertas eran las herramientas de antaño que ahora, han quedado sustituidas por maquinaria agrícola. Continuamos la visita y nos detenemos en el espacio dedicado a la vid. Un documental rescata un reportaje del NODO para hablar de la producción del vino en el pasado apreciando, aún más, la impresionante transformación del proceso hasta llegar a nuestros días en las Bodegas Perfer de la localidad. En otra ubicación, dedicada a la siembra de cereales, un arado romano preside la estancia, la exposición de herramientas como la horca, yugo collera, hoz o trillo, nos permite adivinar la dureza de este trabajo. Para finalizar, mi favorito es el vídeo grabado hace unas décadas en la almazara de “Juan Balbina”, ya cerrada, que muestra la calidad del zumo de oliva de mi tierra.

La devoción que siento por mi patria chica no me hace perder el sentido crítico, siempre constructivo, que me caracteriza. No quiero crearos falsas expectativas, el centro de Interpretación del Trabajo Artesanal no es un museo, no esperéis un espacio como el de Terque, por ejemplo. Ahora bien, si vais con inquietud y ganas de aprender, no os defraudará. Por otra parte, tendréis que planificar bien la visita porque en fin de semana solo abren los sábados de 11 a 13 horas. Teniendo en cuenta estas premisas, una escapada a Uleila del Campo siempre merecerá la pena.

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