Actualización: La apuesta duró hasta principios del otoño de 2013. De momento en stand by.

Hasta finales de junio, el kiosco Almadrabillas, situado en la Plaza de los Periodistas, centraba su negocio en desayunos y helados. Pero desde hace un mes los dueños han apostado por dar una oportunidad a la cocina elaborada, dando un valor diferencial sobre las tapas ‘de toda la vida’ que ofrecen en el kiosco que tienen al otro lado de la plaza.

Para el cambio han confiado en el criterio de Juan Sánchez Medina, cocinero que ha diseñado una atractiva y cambiante carta basada en producto de mercado. A Juan le avalan los cinco años que trabajó en la arrocería El Dorado (La Pineda, Tarragona) además de otras temporadas más o menos largas en el Club de Mar Almería, NH Almería o Virgen del Rocío de Roquetas.

El joven cocinero ha apostado por una carta innovadora a la vez que ajustada a las exigencias económicas de un bar de tapas. Ha conseguido un equilibrio difícil de encontrar en nuestra ciudad, con un menú que desborda ilusión y que va actualizando conforme pasan los días.

Le gusta presumir de las Patatas Almadrabillas. No es para menos, son crujientes por fuera y tiernas por dentro acompañadas de una salsa tártara. Imprescindibles para los amantes de las patatas fritas bien hechas. Particularmente prefiero el Secreto relleno (de orejones, ciruelas, pasas, papaya, piña y coco), el Bacalao a la vizcaína o las Patatas bravas, con una elegante salsa con toque de whisky.

El Gazpacho de melón es refrescante y eléctrico. Se agradecen tapas ligeras y veraniegas como el Tartar de atún o los Nachos con guacamole. El gunkan-sushi es bienintencionado, fresco y correcto, pero tiene que mejorar estéticamente. Para los fans de la cocina familiar y casera, dos tapas: las Croquetas de jamón y los Nuggets de pollo con salsa barbacoa. Otras opciones son el Rulo de cabra, o la tapa-postre Delicia de quesos Marcarpone y azul sobre galleta de chocolate.

Además de las tapas de cortesía puedes optar por tapas gourmet como Brick de gambas y langostinos; Gavilla de espárragos envueltos en beicon; Pimientos del piquillo rellenos de rabo de toro; o Pudin de manitas de cerdo. No dejes de preguntar por los platos del día. Y habrá que estar atento a recetas que quieren incorporar en el futuro próximo como arroces, paellas y fideuás, gambas al pil-pil o almejas a la marinera, debilidades del chef.

Si te quedas con ganas de más, no dejes de asomarte a la vitrina de helados. No podrás decir que no a un capricho. Por el momento solo abren la cocina las noches de martes a domingo, pero si la apuesta funciona seguirá en la temporada de invierno pero sirviendo comida solo al mediodía.

La terraza es amplia y acogedora, regalada con la brisa del mar. Hasta el momento es un lugar casi desconocido por lo que se está muy cómodo y el servicio es ágil. No esperes a que se convierta en un sitio de moda para ir a conocerlo. No es lugar para los que solo comen tapas de lomo y hamburguesa. Para hacer balate está el kiosco del otro lado de la plaza.