Vuelvo a la Alpujarra de Almería pero, en esta ocasión, encamino mis pasos hacia un pequeño pueblo al que todavía no hemos hecho referencia. Este fin de semana pondremos rumbo a Almócita, enclave encantador, que nos ofrece un plan muy interesante. Para variar, el viaje lo haremos de noche, siendo la luna nuestra cómplice. Preparaos porque la llegada al municipio supone una desconexión total del tiempo presente, incluyendo la desconexión de la propia electricidad, ya que se fuerza un apagón y desde ese momento, el fuego será el único elemento que nos alumbrará la escapada.
Seguro que muchos de vosotros ya sabéis a lo que me refiero, estáis en lo cierto, el sábado 11 de mayo se celebra la Noche de los Candiles. Esta cita tiene lugar por tercer año consecutivo y su repercusión y seguimiento ha hecho que la organización perfeccione el programa de actividades, integrando entorno al fuego: tradiciones, diferentes disciplinas musicales, folclore, fotografía…
Los que no deseen esperar a la noche o quieran aprovechar al máximo el viaje, a las seis de la tarde podrán participar en un taller de candiles. Habrá otros, entre los que me encuentro, que probablemente llegaremos a la hora de tomar unas tapitas en los bares de la plaza mientras preparamos las antorchas. Ahora, a las diez de la noche, es obligatorio asistir al acto inaugural donde la iluminación eléctrica es sustituida por la calidez del fuego, extendiendo su resplandor por cada callejuela y pequeño rincón de Almócita.
Tras una primera parada en la plaza de la Iglesia para escuchar al Coro de los Tres Caños interpretar temas populares, debemos coger nuestro mapa para llegar a los cuatro escenarios repartidos por el pequeño municipio. Gospel, flamenco o música celta serán la banda sonora de esta noche mágica en plena alpujarra almeriense. Tenemos la posibilidad de seguir dos itinerarios diferentes (los elementos: tierra, fuego, agua y aire le dan nombre a cada escenario) y así hacer más entretenida nuestra búsqueda. Podemos arrancar en el fuego (“mvsica intravolta”) para acabar en el aire (flamenco) o al revés. Para finalizar la música dará paso a los mitos y leyendas…
Aquellos con inquietudes artísticas en el mundo de la fotografía podrán participar, sólo con imágenes realizadas esa noche, en un concurso con tres categorías temáticas: arquitectura, fuego y espiritualidad.
La Noche de los Candiles nos demuestra que las buenas ideas se imponen (aunque su origen esté en un pequeño pueblo de apenas 200 habitantes) y cuando consiguen desarrollarse, el resultado es un evento original en la provincia que despierta el atractivo entre los foráneos y consigue la implicación de los autóctonos.
No podemos pasar por alto un plan donde la noche y el fuego crean un ambiente de romanticismo y misterio, entorno a diversas manifestaciones culturales. Con lo cual, este fin de semana, la que suscribe este texto piensa sustituir el rock y los bares del centro de la capital, por la magia de Almócita. Aunque se puede compaginar y quizás a la vuelta algún antro esté abierto…