Estoy convencida de que todas las personas tenemos una selección particular de aquellas películas que nos han marcado por algún motivo específico (y no necesariamente positivo). “El séptimo arte” es una de las disciplinas artísticas más populares y no hace falta ser un gran aficionado para guardar en tu imaginario personal: títulos, escenas, actores y bandas sonoras favoritas. Pues bien, en el nuevo café-bar “La Butaca” se basan en estos argumentos para dar contenido a su local y ofrecer otro tipo de propuesta de ocio donde: ver, escuchar, respirar y vivir el cine.
Ubicado en el entorno de la Casa del Cine en la capital, en “La Butaca” hay espacio para diferentes géneros, como así lo demuestran los vinilos que decoran sus paredes donde encontramos escenas de películas de los años ochenta: Los Gremlins, Los Goonies, Regreso al futuro… Europeas: El Pianista, The Full Monty, Amelie, Delicatessen… Clásico: Braveheart, Taxi Driver, La Naranja Mecánica… Españolas: Barrio, Princesas, Celda 211… También hay hueco para la comedia o tragicomedia. Particularmente, echo en falta un pequeño homenaje al cine en blanco y negro pero sobre gustos no hay nada escrito y al parecer, nada grabado, aún. Para completar la ambientación del local, suelen proyectar películas y pinchar música de bandas sonoras.
En “La Butaca” también pretenden adaptarse a todo tipo de público y abren sus puertas todos los días de la semana desde las seis de la mañana hasta cierre. Y como no sólo de cine vive el hombre, han completado la oferta con una buena carta de desayunos, tés, tapas, fast food, junto a los combinados de toda la vida.
Para el desayuno o la merienda, además de las clásicas tostadas, han inventado el término “café capricho” que significa acompañar la dosis diaria de cafeína con alguna delicia de repostería casera, dependiendo del día hay magdalenas de diferentes tipos, bollos, croissant… Debo destacar el gran acierto que han tenido a la hora de ofrecer tés naturales y es que los consumidores de infusiones agradecemos no tomarlas en bolsitas (que contienen todo tipo de sustancias molidas, menos hojas de té). Además de los clásicos: verde, rojo, blanco… Punto a su favor: han introducido en carta rooibos, en este caso, de naranja.
Como no podía ser de otra forma, las consumiciones se acompañan de palomitas recién hechas en la máquina que preside la barra. Y para aquellos que no matan el gusanillo con palomitas, pueden tomar tapas de, por ejemplo: carne mechada, pollo al curry o la internacional tortilla de patatas… También hay burritos de pollo, ternera, jamón york y queso y la oferta estrella, por tres euros: tercio de cerveza con perrito caliente (ketchup y mostaza casera). Llegados a estas alturas, ya puestos, no dejéis de probar los crêpes caseros.
Si como dice el slogan publicitario “Almería es tierra de cine”, se necesitan más ideas de este tipo que contextualicen lo que un día fue la provincia. Y como sugerencia para café-bar “La Butaca” propongo una pared con vinilos dedicados a películas rodadas aquí. Y para finalizar perdonadme el recurso manido pero siempre quise pronunciar la frase: “Silencio, estamos rodando. Escena 1: La Butaca primera parte. Luces, cámara ¡acción!”.