Éste no es un post nostálgico sino un homenaje a esos pequeños comercios (de barrio o pueblo) que resisten el envite de la crisis. Por ejemplo, a esos humildes negocios dedicados a la venta de música que plantan cara a la era digital y al mismísimo eMule; BitTorrent; iTunes o Spotify.  Sin profundizar en la crisis de la industria de la música, me voy a centrar en uno de los últimos eslabones de la cadena, las tiendas. Y concretamente, en Discos B.P.M. situada, hace más de dos décadas, en la Avenida Carlos III de Aguadulce.

A groso modo ¿qué hemos ganado con el desarrollo de las nuevas tecnologías y los entornos digitales? Los usuarios y artistas noveles, hemos ganado mucho: accesibilidad; comodidad; difusión; igualdad de oportunidades y sobre todo, hemos ganado en precio pudiendo consumir toda la música que imaginemos de forma gratuita o por una cantidad ínfima ¿Qué hemos perdido? Mucho también, si se puede cuantificar, yo diría que hemos perdido en corazón y en contacto humano.

Cuando adquieres unas entradas por Internet; compras un single en iTunes; tu BitTorrent “echa humo” o reproduces una lista en Spotify, no hay nadie detrás del mostrador con el que hablar de las filtraciones sobre el último disco de David Bowie; si el directo de Bruce Springsteen es mejor ahora o hace unos años (polémica); si Lori Meyers son ya más comerciales que independientes o imaginar un mundo mejor después de la afonía permanente de Melendi…   

Detrás del mostrador de Discos B.P.M. está Paco Salvador, el mismo que lleva veintidós años al frente de la tienda. En ella ha visto cambiar hábitos, gustos, la propia sociedad en sí y hasta el paisaje urbano de Aguadulce. Recuerda cómo hace unos años los turistas centroeuropeos buscaban su tienda para comprar flamenco, unos con más gusto que otros… Paco ha visto envejecer a sus clientes y ha comprobado cómo se ha elevado la media de edad de las personas que demandan CDs originales, de cuarenta años en adelante. Como curiosidad, me comenta que los chicos jóvenes seguidores del Hip Hop son muy fieles a sus gustos, encargando y comprando sus compac favoritos.

Más allá de ello, hay poco negocio, las ventas han caído en picado. En una charla distendida sobre la situación actual, el propietario de Discos B.P.M., me augura el cierre de tiendas como la suya junto a la desaparición del CD. Ante presagios como éste, muchos podemos pensar que es el momento de adaptarse o morir… Aunque también hay que plantearse que los tiempos no acompañan y la economía ni propicia ni invita a liderar nuevos proyectos.

Esperemos que la persiana tarde mucho tiempo en bajarse, mientras tanto, los amantes del vintage podéis encontrar en Discos B.P.M. un oasis entre tanto edificio de hormigón que invade Aguadulce. Más de 4.000 referencias de todos los tiempos, carteles, camisetas, mobiliario de otra época… Pero que no os engañe, todo eso camufla los últimos lanzamientos y la música más actual. Podéis “hacer inventario”, es decir, curiosear sin agobios, escuchando de fondo una selección musical de Paco Salvador con temas de soul, jazz y rock.

Si has leído este post y no tienes la posibilidad de desplazarte a Aguadulce, pero apoyas los pequeños negocios, en lugar de grandes cadenas de tiendas, puedes hacer tus pedidos online a través de su web.