Este post está inspirado en el certero criterio de mi madre. Así de claro, sin paños calientes, os voy a presentar su restaurante italiano favorito. Hace tiempo aprendí a no cuestionarla porque antes o después, tenga razón o no, entre sus palabras siempre aparece un temido: “ya te lo dije”. Además con el paso de los años he experimentado una transformación personal y de ser polos opuestos, ahora compartimos puntos de vista y hasta nos ponemos de acuerdo en diferentes cuestiones que antes eran temas conflictivos ¡Lo que hace la edad! El ejemplo, cuando decidimos comer fuera: “Il Tramonto da Massimiliano”, un pequeño restaurante italiano de Huércal de Almería, ha hecho que compartamos preferencias.
Ubicado en la urbanización Los Pinos, se encuentra un local acogedor cuyo cuidado por la cocina puede semejarse al esmero que una madre pone en la elaboración de sus platos. “Madre” y “cocina”, palabras mayores unidas en la misma frase, lo cual merece tenerlo en cuenta.
Para ir abriendo boca en los “Antipasti” el queso es el ingrediente estrella en la mayoría de los platos: Affettati misti con formaggio (embutidos mixtos con queso); formaggi misti con miele (surtido de quesos con miel); mozzarella di bufala tomate y orégano; provolone o speck con mozzarella di bufala (jamón ahumado con queso fresco italiano). Generalmente nosotras nos decantamos por una suculenta ensalada ya que conocemos la consistencia y volumen de los platos posteriores. Otro motivo de peso es la calidad de los ingredientes, algo tan añorado como lechuga que sabe a lechuga y no parece un folio de papel en la boca.
Tienen pasta fresca rellena. Personalmente me inspira confianza que haya una oferta limitada, ojo, que no escasa. Desconfío de las cartas largas y de que le puedan dar salida a todos lo platos. En “Il Tramonto da Massimiliano” ofrecen tres tipos de pasta y cuatro o cinco salsas, suficiente para garantizar la calidad de los platos. Entre los gnocchi (pasta rellena de queso), los tortellini de carne y los fiochi de pera, con los ojos cerrados escojo los últimos, saquitos de patata rellenos de pera y queso, acompañados por una salsa de nueces, pasas, nata y parmesano, que es una auténtica delicia.
La lasaña y los canelones de esta casa son dignos de mención, no sabría destacar nada en concreto porque la bechamel, salsa de tomate, carne y pasta, están en su punto. Un detalle: me gusta que se pasen los bordes, otros lo considerarían algo imperdonable, pero yo creo que le da un toque de familiaridad acorde con el sitio.
Por supuesto, para los más clásicos también hay espaguetis y macarrones con las típicas salsas e ingredientes. También ofrecen carne a la piedra (entrecot de ternera, chuletón de buey y presa ibérica) o salmón.
Las raciones son abundantes, sacian el apetito perfectamente pero la gula (uno de los siete pecados capitales) se materializa en su carta de postres, por mucho que hayas comido es imposible resistirse al tiramisú casero, la tarta o la mouse de chocolate. En ese momento no piensas en la penitencia que te tocará pagar por los días de los días.
Como mis mejores amigas viven en Huércal de Almería y estamos inmersos en la temporada de “peli, manta, sofá”, me guardo para otro post las pizzas de “Il Tramonto da Massimiliano”.
Un “pero” que sí debo mencionar: la incomodidad de sus asientos. Soy conciente de que el diseño se sus bancos de madera dan personalidad y caracterizan el local por eso, deberían buscar algún tipo de cojín o acolchado. Para los que nos agobiamos con la falta de espacio y más, si te toca en la parte de dentro, afortunadamente hay mesas y sillas normales.
Espero que tengáis la oportunidad de visitar este restaurante y que compartáis el criterio de mi madre, de lo contrario, no voy a ser yo quién se lo diga…
Il Tramonto da MassimilianoC/ SIERRA DE LAUJAR,18 – URB. LOS PINOS, Huércal de Almería
950 30 26 59
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