Siguiendo un poco por el Bajo Andarax, hoy vamos a ir a Rioja. Si alguno o alguna está pensando «ya se cuál vas a poner…» siento decirte que te equivocas. En el tema de bares pasa como en la música, en mi opinión. Está lo mainstream y lo alternativo. En ambos casos puedes encontrar historias muy guapas y cosas chungueras, fácilmente. En los bares igual.
En Rioja hay un bar del mainstream desde hace años, que hoy no le voy a dedicar muchas más palabras. Casi todo el mundo lo conoce. A casi todo el mundo le encanta. Pero en Rioja hay un bar que se encuentra más en lo alternativo, aunque también es muy conocido, que se llama Bar Juan Rueda que vale bastante la pena, y te sales un poco de lo mainstream.
Se encuentra al lado de la fábrica de rosquillas Pichote, casi en la carretera principal. Bar Juan Rueda. ¿Por qué lo recomiendo? Por bastantes razones. Los dueños son argentinos y desde hace un poco menos de un año han puesto una parrilla tipo argentina estupenda. Con su espacio para las ascuas separada de la parrilla y todo. No he pedido nunca un plato de carne así que voy a centrarme en las tapas, que si las he probado y puede ser un indicador. Las tapas de parrilla están fenomenales: tocinetas, morcillas, chorizos, costilla de cerdo, costilla de ternera, salchichas, etc. Las carnes todas con un chimichurri muy rico, no demasiado fuerte. Ojo al detalle de las costillas de ternera que es algo que no es tan fácil de encontrar.
La segunda razón es la variedad y el sabor. La variedad es brutal: frituras, plancha, de cocina, frías, cherigans y brasa. De cada tipo una muy buena variedad. No he llegado a contarlas, pero tranquilamente superan las 30 opciones. En mi opinión demasiadas, pero no por mucho llover es mal año, ¿no? A mi me gusta mucho el arroz que preparan de carne y pescado. Una tapa generosa y muy rica. Luego puedes probar bacalao frito o con tomate, codornices fritas, chipirones, mohicano, hamburguesa, manitas de cerdo, huevas fritas o a la plancha, ensaladilla, calamares, etc, etc. Las croquetas de setas están ricas y los champiñones a la planta también. Yo no he probado ninguna tapa que me haya disgustado, al revés, me encanta como las preparan y están generosamente bien acompañadas con sus papas o lo que corresponda. Sorprende ver la extensa pizarra de tapas, aunque luego pienses que la mayoría son tapas de las habituales.
La tercera razón es el servicio. El trato es muy amable y cercano, y si tienes algo de prisa, se come rápido. Lo básico, pero no siempre habitual. Para ir a comer de tapas o raciones con la familia también está muy bien, hay espacio suficiente para unas cuantas mesas grandes. Los domingos siempre está lleno, pero se puede entrar y la variedad de tapas es fenómeno para los «delicados» de toda familia.
No os voy a engañar. Suele ser mi segunda opción cuando vuelvo de Tabernas los domingos, porque entrar en el mainstream se puede convertir en imposible y siempre que termino en el Rueda, termino pensando que la próxima voy directo.
Conócelo y hazlo conocer. Lo vale.