La Mala rompe huevos

La cuenta, en bar La Mala

La Mala solo podía estar en la calle Real 69. La tapa estrella de La Mala solo podía hacerse con huevos rotos. La Mala es un matriarcado al estilo de las películas de Russ Meyer. Algo de eso hay también en la ambientación: Tatuajes, calaveras, guitarras eléctricas, rollo pin-up, imágenes religiosas y estética pulp. Juntos y revueltos. Los colores que dominan son el rosa, el rojo, el dorado y el negro. La carta de tapas te mira coqueta desde un marco morado y la cuenta te llega en una zapatilla de deporte rosa muy indie. El mainstream está proscrito. Siempre suena rocanrol. El local, pequeño pero acogedor.

En cuanto a las tapas, son sencillas y sabrosas sin renunciar a cierta originalidad. Como tiene que ser. Por encima de todo, las tortillas. Las mejores de Almería, por el momento al menos. Dependiendo del día son de una cosa o de otra. Hasta 25 tienen en el repertorio. De las que yo he probado le pongo nota a la de pimientos, la de trufa, la de pulpo y hasta se salva la extraña “tortilla pizza”.

La hamburguesita es muy tierna y jugosa, con un toque picante de mostaza. El tabulé es refrescante. Interesante también probar el bacalao chilli, que consiste en varios trozos fritos de pescado con una salsa agridulce. Tienen mucha aceptación el pollo La Mala y el chop-suey de cerdo. Las bravas son suavonas, pero muy dignas y con una presentación más elegante que lo habitual de nuestros bares. Deberían cambiarle el nombre a bravas Meyer.

Para los fanáticos de la tapa-plancha de Almería tienen el lomo-beicon, doble de carne, doble de grasa. Mejorables el humus y la tosta de boletus. No quiero ir mucho más allá porque la carta se renueva con relativa frecuencia y aparecen y desaparecen algunas de las tapas. No dejes de explorar las raciones.

Aunque el poco éxito de los bares que anteriormente han ocupado el local (antigua Borrachería) puede hacer pensar que este es un local maldito, creo que La Mala va a funcionar. Lo pienso porque detrás de la iniciativa hay personas con experiencia en hostelería que gestionan desde hace unos años el chiringuito El Palmer. Además, la ubicación, en el corazón de Las Cuatro Calles, y el enfoque alternativo, puede arrastrar a su barra a la parroquia de los pubs de rock que salpican la zona.

El local tiene dos plantas. Abajo, la barra y algunas sillas. Un altillo coquetamente arreglado tiene capacidad para unos 16 comensales, o 20 si se aprietan un poco. Como es pequeño, los fines de semana se llena temprano. Entre semana se suele estar muy cómodo. Para sentarse en la parte de arriba conviene reservar.

Tortillería La Mala
C/ Real, 69
950 27 59 80
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3 pensamientos en “La Mala rompe huevos

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