Si por diversos motivos (en los cuales no voy a entrar) has decidido abandonar la vida nocturna para “aprovechar” las jornadas del fin de semana, una buena forma de invertir tu tiempo libre es visitar los pueblos de la provincia de Almería y de paso, disfrutar de sus viandas. Para ir al siguiente enclave, os propongo que olvidéis la “operación bikini” y que asumáis ir a la playa con el flotador incorporado.

Con el post de hoy prácticamente juego en casa porque os voy a llevar a mi comarca, a la Sierra de los Filabres. A unos 65 kilómetros de la capital, lo que en coche supone una hora de camino, se encuentra el municipio de Benizalón (de apenas 300 habitantes) y frente a su iglesia, está nuestro lugar de destino: Casa Leonor & Jacma, comúnmente conocido por todos como “Casa Joserra”.

Resulta curioso que en plena era digital este restaurante no tenga página web y que, sin embargo, para reservar una mesa en domingo haya que llamar con 15 días de antelación. El ‘boca a oído’ de toda la vida y las recomendaciones entre iguales, siguen surtiendo el efecto de antaño en este negocio. El secreto: calidad y cantidad. Mucho y bueno que se dice por mi tierra.

He visitado esta casa en diferentes ocasiones, bien por almuerzos familiares o con los amigos y además de la carta, debo destacar la comodidad, es decir, lo a gusto que te hacen sentir allí. Al frente de los fogones, la barra y hasta el servicio de mesas se encuentra Joserra, su propietario. Su especialidad es la carne al horno, a la brasa y la repostería casera, sin olvidar su don como maestro de ceremonias. Así es, lo mismo te prepara una jugosa carrillada que te canta platos fuera de carta como: “ensalada de sinvergüenzas con corbata” o “chorizos en salsa de billetes de 500”. Lo que contribuye al hermanamiento entre grupos de diferentes mesas y que terminen cantando al unísono “que salude Chicote…”. Si es cierto que yo soy de pasármelo bien donde sea, mi naturaleza es esa, pero no he ido una vez a Casa Joserra que no me haya deparado alguna anécdota graciosa.

Centrándonos en el menú de los fines de semana, de primero, nos ofrecen platos caseros hechos con recetas típicas de la comarca, dependiendo de la temporada y del día podemos degustar: salmorejo; trigo; berza; gurullos con conejo; migas; fideos con costilla y conejo… Personalmente suelo optar por lo más ligero que haya en la oferta y, por ejemplo, el salmorejo tiene buena textura y sabor suave. De los fideos con conejo y costilla destacar el buen punto de guiso de la carne y lo sabroso del caldo.

No dejéis de probar el pan, os aseguro que en pocos sitios comeréis uno como éste: hecho en un cortijo de la zona, en horno de leña, como hace un siglo. Su calidad invita a volcar la aceitera (cuyo zumo de oliva es denso y trabado) y tomarlo tal cual.

Los platos fuertes vienen con los segundos donde nos ofrecen generalmente carrillada, codillo, costilla de cerdo o pierna de cordero al horno. A las brasas podemos tomar secreto ibérico o cochinillo. También hay solomillo de cerdo que podemos acompañar de diversas salsas.

He conseguido que Joserra me desvele el secreto de su carne al horno. Me dice que la cocina requiere tiempo pero sin perder los platos de vista, así que teniendo en cuenta esta premisa, me dice que acompaña la carne con tomate, cebolla, laurel y vino blanco. Cuando está bien cocinado le incorpora un poco de miel para terminar el asado. Tan simple y tan deliciosos como eso. La guarnición de acompañamiento son patatas a lo pobre o patatas fritas. Su corte irregular y su sabor nos dicen que son caseras y que el aceite donde se fríen es bueno. Y si todo esto te sabe a poco, puedes pedir un alioli casero que no te va a dejar indiferente.

Pero el verdadero fuerte de esta casa son los postres caseros, si tenéis la oportunidad de ir a Casa Joserra, agradecerá que les deis la enhorabuena porque siente debilidad por la repostería. Recomiendo el flan de higos y el flan de caramelos Bertels aunque la decisión está complicada cuando además te ofrecen: tarta de queso; tarta de tres chocolates; milhojas con chocolate caliente; pan de calatrava o flan de naranja… Lo que no me gusta es el exceso de nata de bote, la suprimiría sin contemplaciones.

Consejos:

• Lleva ropa holgada y cómoda.
• Antes de salir de tu punto de origen decide quién llevará el coche a la vuelta. A la carretera serpenteante (ALP-731) hay que unirle la ingesta excesiva de líquidos debido a la cantidad de alimento sólido consumido. Y hablando en plata que después de la comida apetece un buen digestivo como la vida misma.
• Un paseo para hacer la digestión, lo bueno es que las cuestas del pueblo facilitan el proceso. O una siesta a la sombra de un árbol para terminar de morirse…
• Si piensas comer, en barra sólo toma una tapa.