La pintora almeriense Moli Moli está convencida de que cualquiera puede aprender a dibujar, sin importar la edad y las destrezas innatas. Con el objetivo de enseñar las técnicas básicas a quien quiera aprender, ha montado un taller de dibujo en su estudio de pintura.

Moli asegura que sus clases son muy dinámicas y totalmente personalizadas. Esto quiere decir que la artista canaliza las lecciones en función de lo que el alumno quiera aprender y les ayuda en la búsqueda de material de aprendizaje complementario.

No quiere pupilos, quiere hacer de su estudio un lugar donde fluya la libertad creativa de sus alumnos en busca de su propio estilo. El lugar donde imparte sus clases teórico-prácticas invita a ello. Tiene varias ventajas:

• Es un noveno en zona céntrica con mucha luz. Ideal para practicar.
• El ambiente. El alumno está rodeado de la obra artística de la profesora.
• El alumno puede observar el proceso creativo del maestro desde el inicio de su obra

Moli es licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense, aunque empezó de niña con la pintura y se formó en talleres de artistas de la talla de Melchor Peropadre o César Martínez, entre otros. En épocas más recientes ha cursado un doctorado en medios de comunicación social y ha trabajado como artista plástica para marcas de gran consumo como Diesel, Adidas o Absolut.

El estilo de Moli es muy personal y bien definido por la paleta de colores y personajes recurrentes en su obra. Llegar hasta ese punto es fruto de un proceso muy largo de aprendizaje y reflexión. En cuanto a la técnica no le asusta nada y trabaja con muchas: pastel, acrílico, acuarela, óleo, mural, collage, dibujo… Según cuenta, está en “proceso de investigación continuo” y siempre explora nuevas técnicas.

Moli no es profeta en su tierra ni falta que le hace. Se siente realizada por el reconocimiento que su arte tiene en México, lugar donde vivió casi siete años. Allí impartió clase de dibujo y color en una importante universidad. De aquella época es esta entrevista que se emitió en el programa Inquietos de La2 (Desde el minuto 5 al 10).

Que no le preocupe el reconocimiento local a corto plazo, ahora que ha vuelto a Almería, no quiere decir que no sea ambiciosa. A su juicio “el artista que diga que no quiere ser reconocido es un mentiroso” porque todos “tenemos ego”, aunque luego hay “personas y personas”. Lo que tiene más claro es que en Almería ha llegado el momento de “dejar sitio a las nuevas generaciones de artistas”. En eso no puedo estar más de acuerdo con ella. Los artistas ‘oficiales’ en muchos casos pertenecen al pasado y eclipsan los talentos emergentes que hay en Almería, que son muchos y necesitan espacios donde reivindicarse.

Y ya sabes, si te anima a aprender a dibujar, llámala, porque Moli mola.